viernes, 2 de enero de 2015

LA PUBLICIDAD Y EL CONSUMO

La publicidad está íntimamente relacionada con el consumo. Esta es una forma de comunicación comercial que intenta incrementar el consumo de un producto o servicio a través de los medios de comunicación y de técnicas de propaganda. Desarrolla un importante papel de difusión y persuasión a través de la transmisión de mensajes que influyen sobre la audiencia, un público receptor, destruyendo o implantando valores y nuevas formas de comportamiento. Está presente en todas las facetas de nuestra vida, muchas veces nos resulta agobiante, pero, en cambio, en otras nos parece incluso divertida y, eso sí, nos manipula a su gusto.

En la sociedad de hoy en día, la publicidad tiene un profundo impacto e influencia en cómo las personas entienden la vida, el mundo y sí mismas, especialmente con relación a sus valores y sus modos de elección y comportamiento.

Con el pasar de los años podemos observar cómo los anuncios de cada momento reflejan distintas formas de vida y las aspiraciones sociales de la mayoría de las personas, y cómo la publicidad va moldeando la sociedad mostrándoles nuevas ideas acerca de los roles del hombre y la mujer, nuevos estilos de vida, valores, principios. 
La publicidad ejerce una importante influencia en la caída de las familias en el consumismo, ya que idealiza los productos.


El consumismo en la sociedad actual, esta tan arraigado que suele ignorarse que es el resultado de procesos conscientemente planificados en el área empresarial.

Vivimos en una sociedad que favorece el consumismo, nos hemos convertido en la generación de usar y tirar. La publicidad nos bombardea y cuyo objetivo no es nuestro bienestar, sino hacernos engranajes de un sistema que reduce a las personas al papel de meros consumidores sumisos. Este modelo económico de producción y consumo tiende cada vez más a su agotamiento. Es impensable hacer frente a los problemas ecológicos y sociales que nos afectan sin detener la complicada maquinaria y estructuras que los producen: el neoliberalismo.

Con nuestra forma de consumir podemos influir en la marcha de la economía y del mundo de una forma directa. Un consumo consciente y responsable, orientado al fomento de actividades satisfactorias para la naturaleza y las personas es una gran contribución y un decisivo instrumento de presión frente al mercado.

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